Una vez en vigor, presuntamente ya no hay impedimentos, para que se efectúe la repoblación de perdiz moruna en Tenerife, solo hace falta el informe del Director General de la Naturaleza del Gobierno de Canarias, que esperamos que no esté ni enfermo ni de viaje para que pueda autorizar la firma electrónica del documento, pero vamos a hacer un relato desmenuzado del problema:
A principios de agosto de 2014 desde el Cabildo de Tenerife,
se envía a la Dirección General del Medio Natural, el Informe y la petición de
repoblación de perdiz moruna en la isla de Tenerife, a la Dirección General del
Medio Natural, en un alarde exhaustivo descriptivo de la actividad tal como se
ha desarrollado desde hace 30 años en Tenerife añadiendo detalles y coordenadas
de todos y cada uno de los puntos de suelta de las perdices. Tal como es la
administración se entiende que en un plazo máximo de quince días, debe estar contestada dicha petición. El
documento al cual hemos tenido acceso es una memoria muy completa con todo el
proceso de crianza, procedencia genética, cartografía de sueltas, coordenadas
de sueltas, metodología etc.
En el mes de octubre principios, el documento aún se
encuentra sin estudiar, y en un tocho de papeles, sin que se haya pasado a las personas responsables del Gobierno
de Canarias. Se pone en movimiento en ese entonces gracias a la intervención de
técnicos del Cabildo que insisten en la tramitación de la repoblación.
En el mes de noviembre se le
indica al Cabildo, que para AUTORIZAR LA
REPOBLACIÓN se debe realizar un INFORME DE IMPACTO AMBIENTAL DETALLADO, ya
que dichas sueltas podrían afectar a otras especies silvestres que habitan las
zonas de sueltas. Este Informe debe ser realizado por empresas externas al
Cabildo, ya que su personal no da para más por el volumen de trabajo que tienen
El presupuesto muy elevado del que no se
dispone por el Área de Medio Ambiente. Tras conversaciones continuas el Gobierno de
Canarias NO CEDE A ESAS EXIGENCIAS.
En la segunda quincena de
noviembre, todo está preparado para la repoblación, las perdices se han
desarrollado y se encuentran fuertes para afrontar la vida silvestre y la
naturaleza con las lluvias ha facilitado enormemente la labor, pero falta la autorización del Gobierno de Canarias y por
tanto el Cabildo NO PUEDE RESOLVER LA SITUACIÓN CREADA.
Desde la Federación de
Asociaciones para la Gestión Cinegética de la isla de Tenerife, se han hechos
gestiones directas, en el Cabildo Insular de Tenerife con entrevistas con los
Técnicos sin resultado positivo. También se han mantenido reuniones, al más
alto nivel, con personal de confianza del Gobierno de Canarias y siempre se han
encontrado con la misma respuesta "LOS TÉCNICOS NO INFORMAN FAVORABLEMENTE
LAS SUELTAS DE PERDICES". FALTA EL INFORME DE IMPACTO AMBIENTAL.
Mientras tanto el personal de la
Federación de Gestión Cinegética de la isla de Tenerife, ha continuado con los
cuidados y atención alimentaria y sanitaria, de los dos voladeros mayores de la
isla, el de La Chapita y el del Helecho. Las perdices están en unas magníficas
condiciones, a pesar de que ya en algunos machos y hembras, el celo les está
haciendo tener conflictos entre ellos/as.
En todos los voladeros existen 3.500 perdices morunas, para
ser soltadas en el terreno cinegético,
SIEMPRE EN LUGARES ALEJADOS DE LOS CULTIVOS. El campo que había sido ya
regado por las lluvias estaba en perfectas condiciones con agua de sobra y
vegetación no solo como protección sino como alimento para las perdices.
El día 5 de enero, sale publicado
en el BOC la LEY 14/2014, de 26 de
diciembre, de Armonización y Simplificación, en materia de Protección del
Territorio y de los Recursos Naturales,
en ella no aparece para nada la exigencia de aportar para la repoblación de las
perdices DE INFORME DE IMPACTO AMBIENTAL DETALLADO NI SIN DETALLAR.
Pero sigue la cerrazón del Gobierno de Canarias, de no autorizar la repoblación
de perdices morunas en la isla de Tenerife, puesto que hay que esperar que la
Ley entre en vigor a los veinte días. Pero todo esto se sabía que iba a ser así
puesto que el Parlamento de Canarias ya llevaba tramitando la Ley desde hacía
meses y todo era presuntamente para obstaculizar la labor de repoblación de
perdiz moruna en Tenerife.
Mientras tanto en la isla de Gran
Canaria, al poco de acabar la temporada el propio Cabildo Insular de Gran
Canaria, realiza la repoblación con PERDIZ ROJA, gracias a una autorización del día 27 de enero de
2014, firmada por el Director General de Protección de la Naturaleza del
Gobierno de Canarias el mismo que negaba la firma al Cabildo de Tenerife. A Gran
Canaria en finales de 2013, TAMPOCO SE
LE AUTORIZÓ LA REPOBLACIÓN DE PERDIZ ROJA,
y lo hicieron en febrero de 2014.
Haciendo historia, la perdiz moruna, se ha venido repoblando en Tenerife
desde hace más de 30 años, sin ningún tipo de exigencias de impacto ambiental, incluso después de la aprobación de la LEY 11/1990, de 13 de julio, de Prevención del Impacto
Ecológico, que es la
que según el Gobierno de Canarias, ha impedido conceder la autorización para
repoblar perdices en Tenerife.
Sin embargo en los
años 2012 y 2013, es decir 22 y 23 años más tarde de la aprobación de la Ley
11/1990, ya habiendo entrado en vigor, existen RESOLUCIONES
AUTORIZANDO LA REPOBLACIÓN DE LAS PERDICES
MORUNAS EN TENERIFE.
AÑO 2012.- Escrito
firmado por el entonces Director General de Protección de la Naturaleza D.
Pedro Fernández Pérez de fecha 07/11/2012 con registro de salida536568.
Año 2012:- En base a
la información disponible en este Servicio sobre los elementos naturales que
podrían verse afectados, se considera que no es de aplicación lo dispuesto en el
artículo 41.2 de la Ley 7/98 de 6 de julio y que no es previsible ningún efecto
negativo sobre los ecosistemas ni sobre las especies amenazadas, por lo que SE
INFORMA FAVORABLEMENTE el PLAN DE REPOBLACIÓN DE PERDIZ MORUNA SOLICITADO
Año 2013.- Con base a la información
disponible sobre los elementos naturales que podrían verse afectados, se
considera que no es de aplicación lo dispuesto en el artículo 41.2 de la Ley
7/98 de 6 de julio y que no es previsible ningún efecto negativo sobre las
especies protegidas ni los espacios p
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