CONTESTACIÓN
A Jesús Villanueva Jiménez, por su artículo publicado en el periódico La
Opinión de Tenerife el pasado día 14 de marzo de 2016. sobre el maltrato a los
podencos.
En
primer lugar Sr Villanueva, para poder escribir
sobre cualquier tema, una persona
sensata debe conocer lo mínimo sobre el asunto, y en este caso considero que Ud.
no tiene ni pajotera idea, de lo que ha descrito en su artículo, cuando al
comienzo narra un cuento sobre un supuesto perro llamado Canelo, y acaba dando
palos al alcalde y concejales no afectos a usted, del Ayuntamiento de El
Rosario.
Usted
se ensaña en describir el horror de la vida de un podenco, que solo existe en su
imaginación, que ya entrado en años parece que no sirve la caza del conejo, pero lo hace describiendo
una situación inventada por usted, tratando de pintar una realidad lo más
cruel y esotérica, que se le ha ocurrido en su mente animalista usando una foto
de un perro muy flaco que posiblemente ha estado extraviado de su dueño muchos
días, en el transcurso de alguna jornada
de caza. Eso es confundir a
los lectores con tretas y amaños.
Cuando dice:
"Canelo pasa La mayor parte de
su vida, junto a otros perros de su misma raza, ha estado sujeto por el cuello
a una cadena que apenas le dejaba moverse sobre un metro cuadrado de áspero,
duro y frío cemento. Entre las paredes de bloques grises, bajo un techo de
amianto, en las mismas pésimas condiciones, sobre sus excrementos y orines,
todos con cadenas al cuello, malviven junto a Canelo una docena más de
podencos. Condenados a cadena perpetua –nunca mejor dicho–, sin derecho a
rechistar"
Lo
hace vilipendiando a una persona, cazador, que no es otra que el supuesto dueño de
Canelo. Yo desde mi perspectiva dudo que exista ese Canelo y ese dueño de Canelo
cazador. Una persona así solo puede existir en una mente calenturienta y
depravada, en la que presuntamente, y quizás usted se refleje a sí mismo.
Cuando
dice:
"Pero hete
aquí, que se da la rocambolesca y paradójica circunstancia de que la nueva
corporación municipal de El Rosario (que gobiernan a la limón el partido
Iniciativa por El Rosario-Verdes –¡VERDES!– y Sí se puede) pretende ignorar las
medidas razonables a favor de la calidad de vida de los podencos que han
presentado dos asociaciones proderechos de los animales, Amicanes y ProDerecho
Animal-El Rosario" . Por
cierto que un escritor escriba "a la limón" en vez de "al
alimón" la verdad me sorprende que tenga usted crédito en alguna
editorial.
Hace
más tarde una serie de absurdas aseveraciones, sobre un presunto amaño entre el Ayuntamiento encabezado por
Escolástico Gil y la Sociedad de Cazadores Ntra Sra del Rosario de La Esperanza
"Escolástico Gil Hernández, estudia derogar la vigente normativa que
sanciona prácticas como el mantener atados a los perros las 24 horas del día,
con sogas tan cortas que apenas les dejan capacidad de movimiento, plegándose a
la presión de la Sociedad de Cazadores de El Rosario".
Usted
acusa en esta frase al Alcalde de El Rosario, y a todos los concejales, que han
votado la Ordenanza Municipal de Tenencia de Animales, de una supuesta prevaricación que
le ha conducido a no ceder ante sus chantajes sectoriales, acompañado
en un grupúsculo de personas, que se preocupan de manera oportunista, más por
el bienestar de los perros de caza, que
de subsanar las penurias de tantos y tantos niños, que tienen una infancia
llena de carencias de los más elemental, como es su atención alimenticia y
sanitaria o su educación, o de la lucha
contra el maltrato humano.
Usa
usted Sr. Villanueva, palabras que
denigran a los cazadores de Tenerife aunque trate de suavizar su intención,
diciendo que no todos actúan por igual. Yo
me siento injuriado, calumniado y vejado por sus frases. No es suficiente
este desmarque suyo, usted y algunos de sus Amicanes y Pro Derecho Animal El Rosario, usan métodos
muy crueles hacia las personas, que con el voto de los ciudadanos del municipio,
han obtenido el compromiso de dirigir un digno ayuntamiento, como lo es El
Rosario y así lo han hecho aunque no sea de su agrado.
Estamos
en una democracia, y usted y cualquiera de los residentes del municipio de El
Rosario, han gozado de las mismas oportunidades de intervenir en la elaboración
de la Ordenanza Municipal, contra la que usted muestra sus más retorcidas
acusaciones.
Al
mismo tiempo me avergüenzo, de que sea usted capaz como ser humano, de tratar
como lo hace a los lectores de este periódico, que reciben por su parte una
información sesgada y oportunista. Tengo casi 70 años y nunca he visto un
podenco colgado de un pino, como usted describe en el artículo, eso son
imaginaciones suyas y menos que le maten como usted dice, su propio dueño sin
otra acusación que la de ser viejo para la caza. Debe usted provenir en sus
ancestros, de otras latitudes donde se practican estos métodos que usted
describe, pero no de Canarias.
Insulta
usted cuando dice, "En este caso, no serían más
que unos falsos verdes ese alcalde y esos concejales. O lo que es lo mismo, unos
farsantes que se han envuelto en la verde capa del ecologismo, el animalismo y
en todo lo verde habido y por haber, que les diera todos los verdes votos
de los bienintencionados paisanos de ese municipio tinerfeño"
"favoreciendo
las propuestas de la Sociedad de Cazadores de El Rosario), sean debidas a
turbios compromisos adquiridos por el partido que lidera don Escolástico con el
numerosísimo colectivo de cazadores de ese municipio".
Si esto no es una
injuria y una calumnia, que baje Dios y lo vea. Espero que el equipo de
Gobierno y el Pleno, apruebe iniciar
medidas judiciales contra usted, por estas manifestaciones realizadas en La
Opinión y en las redes sociales de internet, aunque sabemos que compartidas por algunos de
sus socios de Amicanes, que por fortuna son una minoría poco representativa, de
los defensores de los animales.
Por mi parte
también me lo pensaré y llevaré hasta donde pueda, una investigación jurídica sobre
sus manifestaciones, por si fueran un atentado público contra el honor de las personas,
en este caso el colectivo de cazadores.
"Porque de
no ser así, don Escolástico y los suyos no serían más que unos miserables, tan
miserables como los cazadores maltratadores de sus perros".
Espero que no le
valgan como disculpa, sus dotes de autor de un libro que ha escrito con escaso
éxito, al que ni voy a nombrar, pues ni
usted ni los Amicanes son el teniente general Antonio Gutiérrez
de Otero, que con poco más de
trescientos hombres y el concurso de milicias campesinas sin formación militar,
ni nosotros los cazadores de El Rosario y Tenerife, somos las
huestes de dos mil soldados bien
instruidos y mandados, y a una poderosa flota británica, mandada por Horacio
Nelson a los que vencieron en la defensa de Santa Cruz de Tenerife por lo que
pasó a llamarse "Muy noble leal e
invicta Villa, Puerto y Plaza de Santa Cruz
de Santiago.
Usted no será
como el teniente general Antonio Gutiérrez, ni soñando, condecorado por sus
triunfos y valores ante el enemigo.
Por si necesita
saber como son la inmensa mayoría de podencos canarios le pasamos unas fotos al
periódico.
Firmado Nicolás
Antonio Porras Gómez, cazador y propietario de podencos.
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