Dice una cita, que vale más una imagen que mil palabras, sirva esta para aseverar el dicho.
Hace muchos años, la caza se vivía de forma diferente en algunas familias. Los perros de caza, eran como un miembro más y casi vivían en completa libertad, entrando y saliendo de salas, cuartos y cocinas de la casa.
En esta foto vemos una familia casi al completo, a la que falta solamente el abuelo, "Maestro Antonio", que fue el principal motor cinegético de esta familia tinerfeña.
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